"Playa Guacuco se convierte en santuario de tortugas marinas: Comunidad y ecologistas unen fuerzas por la vida" - Fuerza Guaiquerí

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"Playa Guacuco se convierte en santuario de tortugas marinas: Comunidad y ecologistas unen fuerzas por la vida"




Isla de Margarita. Bajo el sol caribeño de Nueva Esparta, un proyecto pionero está dando esperanza a las tortugas marinas, especies emblemáticas pero amenazadas por la actividad humana. Desde esta semana, Playa Guacuco alberga un vivero de conservación de tortugas marinas, una iniciativa impulsada por el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (MINEC) que busca salvar a estos animales y, al mismo tiempo, unir a la comunidad en una misión ambiental.  


Un refugio para las crías, un llamado a la conciencia


El vivero, construido con apoyo de voluntarios, biólogos y prestadores de servicios turísticos, tiene un objetivo claro: proteger los nidos de tortugas en peligro de extinción, como la tortuga verde y la carey, cuyas poblaciones han disminuido drásticamente en los últimos años. Las playas de Nueva Esparta son sitios clave para su reproducción, pero la contaminación, el saqueo de huevos y el turismo no regulado las ponen en riesgo.  


“Este no es solo un espacio físico, es un símbolo de que podemos coexistir con la naturaleza”, explica María López, voluntaria del proyecto y residente de la zona. “Cada nido que protegemos es una posibilidad de vida para decenas de tortugas”.  


Comunidad y turismo: aliados en la conservación


El proyecto destaca por su enfoque social. Desde su inicio, se han organizado talleres para enseñar a pescadores, dueños de posadas y guías turísticos cómo identificar y cuidar los nidos. Además, se promueve el “turismo responsable”, donde visitantes pueden observar el proceso de liberación de crías bajo supervisión experta, evitando daños al ecosistema.  


“Queremos que la gente vea a las tortugas no como un recurso, sino como un patrimonio vivo”, comenta José Gregorio Rodríguez, representante del MINEC. “La participación local es vital: sin ellos, esto no funcionaría”.  


Un esfuerzo colectivo con miras al futuro


El vivero no solo beneficia a las tortugas. Para los habitantes de Playa Guacuco, el proyecto representa una oportunidad económica sostenible. Al proteger la biodiversidad, se fortalece el atractivo ecoturístico de la zona, lo que podría generar empleos verdes y mejorar la calidad de vida.  


“Esto demuestra que desarrollo y conservación pueden ir de la mano”, destaca Carlos Márquez, dueño de una posada local. “Un mar sano significa un futuro para todos”.  


Un mensaje de esperanza


Aunque el camino es largo —las tortugas marinas tardan décadas en alcanzar la madurez—, cada cría liberada en Guacuco es un paso hacia la recuperación de estas especies. El proyecto, además, deja una lección universal: cuando instituciones, comunidades y turistas trabajan juntos, es posible escribir un nuevo capítulo para el planeta.  


Fuente: Sol de Margarita

redacción: Fuerza Guaiquerí