Un grupúsculo estadounidense conformado por los seguidores del filósofo Leo Strauss controla hoy el Departamento de Defensa y el Departamento de Estado. Después de haber organizado numerosas guerras, comenzando por la agresión contra Yugoslavia, los “straussianos” orquestaron la guerra de Ucrania. Y ahora manipulan a la Unión Europea y se preparan para privarla de fuentes de energía. Si los dirigentes europeos no abren pronto los ojos, la alianza que se obstinan en mantener con Washington provocará el derrumbe económico de los países miembros de la Unión Europea. Por cierto, de nada vale creer que estos individuos tendrán miramientos con sus “aliados” del mundo occidental desarrollado. En 1992, los straussianos ya escribían que Estados Unidos no debe vacilar en destruir Alemania y la Unión Europea.
Por Thierry Meyssan.
El profesor Leo Strauss estimaba que más vale ser como Hitler que caer en manos de alguien como el líder del III Reich.
Leo Strauss, filósofo alemán judío, fue profesor en la universidad de Chicago desde 1949. Rápidamente se rodeó allí de un pequeño grupo de discípulos judíos seleccionados entre sus alumnos y les impartió enseñanzas orales muy diferentes de lo que él mismo escribía. Leo Strauss consideraba que las democracias habían sido incapaces de proteger a los judíos frente la Solución Final concebida por los nazis. Según él, para evitar que aquel drama se repitiese, sus discípulos tendrían que construir su propia dictadura.
Y comenzó inmediatamente a formarlos para eso. Los llamaba sus «hoplitas» –como los soldados de la antigua Esparta– y los enviaba a crear desórdenes entre los alumnos de otros profesores.
Varios miembros de esa secta –a quienes hoy denominamos “straussianos”– lograron establecerse en altas funciones en Estados Unidos y en Israel. El funcionamiento y la ideología de ese grupúsculo han sido tema de controversia después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Gran número de libros recogen la polémica entre los partidarios y los adversarios de Leo Strauss [1]. Pero los hechos son indiscutibles.
Ciertos autores antisemitas han metido en el mismo saco, erróneamente, a los strauassianos, las comunidades judías de la diáspora y el Estado de Israel. Pero la ideología de Leo Strauss no se discutió nunca en el mundo judío antes del 11 de septiembre de 2001. Desde un punto de vista sociológico, Leo Strauss da lugar a un fenómeno sectario para nada representativo de la cultura judía. Sin embargo, en 2003, los «sionistas revisionistas» de Benyamin Netanyahu hicieron un pacto con los straussianos estadounidenses en presencia de otros dirigentes israelíes [2], aunque siempre reinó la mayor discreción sobre la existencia de esa alianza.
Una de las cosas que caracterizan a los straussianos es que están dispuestos a todo. Por ejemplo, querían hacer que Irak regresara a la Edad de Piedra y lo lograron. Consideran que cualquier sacrificio es posible, incluso para ellos mismos, con tal de seguir siendo los primeros. Precisión fundamental: ¡No se trata de ser los mejores sino de ser los primeros! [3]
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Fuente: VOLTAIRENET.
MG