La Negrita Francisca, la Generala. Prestó servicios invalorables a la causa emancipadora, muchos caminos recorrió de noche y de día para llevar el mensaje a los Jefes Patriotas. Dicen que sus manos eran diestras para cargar el fusil y en preparar las mechas para las granadas. Un anuncio traído por ella al cuartel de Arismendi salvó de la muerte al ejército patriota, replegado en el Portachuelo. Entonces, el General Arismendi, lleno de amor y gratitud, decretó el homenaje: ¡SOLDADOS!, a la “Negrita Francisca le debemos la vida”, ella desde hoy es libre y la declaramos efectiva de nuestro ejército. A un disparo de sus armas gritaron al unísono: ¡VIVA LA GENERALA!
El General Francisco Esteban Gómez en sus observaciones a la historia de Margarita de Francisco Javier Yánez. Honor y Gloria. Viva la Generala.