Venezuela levanta con dignidad la bandera de la independencia / Foto: Cortesía Iván Lira |
Más allá de un tema de técnica jurídica, es evidente que el secuestro del Diplomático Venezolano Alex Saab se enmarca en un asunto totalmente político; una bestial y vehemente confrontación del régimen estadounidense contra el Pueblo de Venezuela
Por: Manuel Gómez | @MG73041501
La República Bolivariana de Venezuela, su Pueblo, como es natural en sus Códigos Fundacionales, resiste, combate y contrarresta las políticas hostiles y agresivas del régimen estadounidense. Régimen que soporta su existencia inventando fantasmas para tratar de justificar sus ataques contra los Estados que se han decidido por la defensa de su independencia, soberanía y autodeterminación.
La Nación Venezolana recibe ataques de una poderosa maquinaría manejada por los Estados Unidos de América (EUA), que abarca órganos judiciales, medios de comunicación, gobiernos, figuras publicas, mercenarios de diversa índole, agencias de inteligencia, aparatos bélicos, empresas tecnológicas, etcétera. En este contexto, el 18 de diciembre del año 2014, aparece la “Ley Pública 113-278” (Ley de Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil en Venezuela), aprobada por el Congreso de los EUA, y cuyo principal objetivo es fortalecer a la “sociedad civil” de Venezuela e imponer sanciones a personas responsables de supuestas violaciones a los derechos humanos de los actores de esa “sociedad civil” (que son oposición al Gobierno Venezolano) y ligados, específicamente, al Ejecutivo Nacional liderado por el Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros.
Esto solo es parte de un entramado de agresiones mucho más elaborado contra el Gobierno Venezolano y sus instituciones. Agresiones que buscan fomentar su desprestigio, su satanización, su criminalización y supuesta “ilegitimidad” para intentar hacer más “digerible” ante el mundo cualquier política, plan o acción emprendida por el régimen de Washington en función de sus intereses hegemónicos.
El 8 de marzo del año 2015, invocando la «Ley de Emergencia Internacional de Poderes Económicos» y la «Ley de Emergencia Nacional», se da a conocer la Orden Ejecutiva 13692 que declara una “emergencia nacional” y cataloga a Venezuela como una amenaza “inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional y a la política exterior de los EUA. Esta orden fue firmada el 9 de marzo del mismo año por el Presidente Barack Hussein Obama II, acompañando la firma de la referida Orden Ejecutiva con el envió de una carta a los líderes del Congreso.
«Estamos comprometidos por hacer avanzar el respeto por los derechos humanos, al proteger las instituciones democráticas y el sistema financiero de los EUA de los flujos financieros ilícitos de la corrupción pública en Venezuela», se lee en el comunicado difundido por el gobierno estadounidense.
Así los EUA imponen sanciones a funcionarios del área de seguridad y orden público por contener las acciones violentas en Venezuela; las guarimbas del año 2014 (Plan “La Salida”), y se sientan las bases jurídicas para las posteriores sanciones contra Venezuela.
El 29 de agosto del año 2017, el Presidente de los EUA, Donald J. Trump, invoca la «Ley de Facultades Económicas ante Emergencias Internacionales», la «Ley Nacional de Emergencias» y la «Ley de Inmigración y Nacionalidad... a fin de adoptar medidas adicionales con respecto a la emergencia nacional declarada en la Orden Ejecutiva 13692 del 8 de marzo de 2015 (sobre Bloqueo de bienes y suspensión del ingreso de determinadas personas que contribuyen a la situación en Venezuela), con sus correspondientes enmiendas, que sirvió de base para ulteriores medidas adoptadas en Órdenes Ejecutivas posteriores, y ante la persistente usurpación del poder por Nicolás Maduro y personas asociadas con él, así como violaciones de los derechos humanos, que incluyen la aprehensión y detención arbitraria e ilegal de ciudadanos venezolanos, interferencia en la libertad de expresión, incluso contra miembros de los medios de comunicación, e intentos continuos de atentar contra el ejercicio de la autoridad legítima en Venezuela por el presidente interino Juan Guaidó y la Asamblea Nacional venezolana»
Se concatenan de esta forma los instrumentos jurídicos que el régimen estadounidense esgrime y aplica de manera extraterritorial y supralegal ante el Derecho Internacional pues viola los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, además, violatorios del marco legal de otros Estados soberanos. La brutal injerencia de los EUA pone en peligro los Derechos Humanos, la Seguridad Jurídica Internacional y el Derecho a la Autodeterminación de los Pueblo Libres del Mundo.
Este escenario fue configurado no para “sancionar” a individualidades del Gobierno de Venezuela per se. El gobierno de los EUA estructuró medidas para destruir las relaciones financieras y económicas que permitieran a la República Bolivariana de Venezuela adquirir alimentos, medicamentos, combustible y otros bienes e insumos esenciales para la vida cotidiana de la población venezolana. Se debe recalcar que el régimen de Washington apoyaba y promovía el «Plan Cambio de Régimen en Venezuela», tratando de generar un quiebre social impulsando el alto costo de la vida, la escasez de alimentos, acciones de sabotaje contra el Sistema Eléctrico Nacional, y otras acciones destinadas a volver insoportable el día a día de los venezolanos.
Venezuela atravesaba circunstancias muy difíciles y peligrosas para su estabilidad interna, y al acecho de fatales desenlaces estaba el régimen de los EUA. Es el contexto en el cual Alex Naín Saab Morán, empresario con trayectoria y experiencia en proyectos internacionales, recibe la propuesta para ser nombrado Enviado Especial de la República Bolivariana de Venezuela, reconocimiento que se ganó tras años de servicio dedicado a su país de adopción y durante los cuales demostró una y otra vez que podía ejecutar proyectos en nombre del gobierno; a tiempo y dentro del presupuesto. Alex Saab no dudó, mostrando coraje y osadía ante la complejidad y riesgos del servicio que debía prestar a su Patria adoptiva, aceptó y fue designado Enviado Especial el 9 de abril del año 2018. Mucho después, en diciembre del año 2020, por su labor y servicios a la República es nombrado Embajador Adjunto Permanente ante la Unión Africana. Alex Saab, como diplomático venezolano y cumpliendo una Misión Humanitaria de enorme importancia para el Pueblo Venezolano, comenzó a entrar en el radar de la infame maquinaría de guerra contra Venezuela. Pero Alex estaba muy consciente de los riesgos, y siguiendo sus Códigos Espirituales, códigos propios de los pueblos que luchan y no se rinden, continuo sin dudar para apoyar en la resistencia del Pueblo venezolano contra la barbarie del régimen estadounidense.
El régimen estadounidense, violando la prohibición del uso de la fuerza que consagra la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas sobre las Relaciones Pacificas entre los Estados, además del hecho de violar flagrantemente la Convención de Viena, le ordena al régimen de Cabo Verde el secuestro y torturas del Diplomático Venezolano Alex Saab. Luego de 491 días, y para perpetrar el segundo secuestro del Diplomático Alex Saab, el régimen de Washington ordena el traslado del buque USS San Jacinto (CG-56 Crucero de guerra dotado con misiles Tomahawk), que según el diario neoyorquino The New York Times, le costo al contribuyente estadounidense 52.000 dólares diarios.
El Gobierno de Venezuela ha mantenido una postura inamovible y firme en sus exigencias para la liberación inmediata e incondicional de su diplomático Alex Saab, así como en sus denuncias sobre la ilegalidad de los planes y acciones emprendidas por el régimen de los EUA contra la República Bolivariana de Venezuela. La maquinaría comunicacional, propagandística y mercenaria dirigida y pagada por Washington emprendió un descomunal ataque para tratar de desacreditar las exigencias y denuncias del Gobierno de Nicolás Maduro, pero fracasaron ante la incuestionable verdad de los hechos. Y es que hace muchísimo más evidente la verdad el estruendoso silencio sepulcral de los medios arrodillados al dólar estadounidense luego de conocerse las «Confesiones de Mark Esper», ex Secretario de Defensa de Estados Unidos durante la administración de Donald Trump, publicadas en su libro «Un juramento sagrado. Memorias de un Secretario de Defensa en tiempos extraordinarios», donde Esper solo viene a corroborar lo que Venezuela siempre ha denunciado.
Más allá de un tema de técnica jurídica, es evidente que el secuestro del Diplomático Venezolano Alex Saab se enmarca en un asunto totalmente político; una bestial y vehemente confrontación del régimen estadounidense contra el Pueblo de Venezuela, y a ese escenario político deben apuntar los análisis de momentos y coyunturas, con proyección a escenarios mucho más complejos y peligrosos, sin obviar, claro está, la geopolítica; control de territorios y fuentes de energía (petróleo).