Por: Ramón Mora
Hoy día los comerciantes de la comida andan a sus anchas haciendo añicos los deprimidos ingresos del pueblo trabajador, y no se nota ni siquiera una mirada de reproche de las instituciones responsables de velar por la defensa de los consumidores.
En los últimos años se viene produciendo un fenómeno en el proceso revolucionario venezolano que a éstas alturas, no sabemos si para bien o para mal, yo creo que para mal, y tiene que ver con las contradicciones entre el discurso y la práctica revolucionaria en mucha de la dirigencia media del PSUV, como partido dirigente de la Revolución.
Mientras el alto mando político asume la confrontación al imperio como siempre ha sido desde que el Comandante Chávez declaró a la Revolución Bolivariana Socialista y Antiimperialista, somos vistos en el plano internacional como una referencia en la lucha contra el capitalismo y el hegemonismo yanqui, sin embargo en el plano interno las fuerzas del capitalismo pareciera que mantienen su poder sin mayores problemas, es más, se han vuelto mucho más depredadoras en contra de los sectores menos favorecidos y la clase trabajadora.
Hoy día los comerciantes de la comida andan a sus anchas haciendo añicos los deprimidos ingresos del pueblo trabajador, y no se nota ni siquiera una mirada de reproche de las instituciones responsables de velar por la defensa de los consumidores.
Todos sabemos y por supuesto que reconocemos el esfuerzo del Presidente Maduro en relación a estos temas.
Todos sufrimos la embestida imperial contra el proceso Venezolano, de las sanciones, los robos, los bloqueos y la traición de los apátridas, sin embargo pareciera que los mandos medios de la revolución (salvo excepciones) no se dieran por enterados, el pensamiento reformista se extiende como verdolaga y hoy vemos alcaldes y gobernadores confundidos entre el pensamiento social demócrata, el nacionalismo pequeño burgués y el Socialismo Revolucionario, muy común en el llamado "progresismo latinoamericano" tipo Argentina, Méjico y posiblemente Perú.
¿Será que nos inspiramos en la experiencia vietnamita o China para consolidar nuestro rumbo político?
Ojo, ya Mariátegui nos alertaba, y también el maestro Simón Rodríguez debemos ser originales, ni copia ni calco, inventamos o erramos. Métodos aplicados en sociedades disciplinadas como las asiáticas no responderían a la idiosincrasia de pueblos como los nuestros.
Desafortunadamente tenemos una sociedad altamente indisciplinada, el liberalismo social, la pérdida de valores, la penetración cultural ha hecho mella en el tejido social, la crisis ha profundizado estos problemas y el estado revolucionario ha sido muy permisivo, mal interpretando el tema de la libertad ciudadana. Una democracia revolucionaria debe fundamentarse principalmente en la disciplina social, de ahí es desbarajuste que vemos y sentimos todos los días.
Una cosa es que seamos caribeños, rebeldes y contestones y otra muy diferente es que seamos indisciplinados, egoístas y carentes del sentido de pertenencia y amor por los valores que nos inculcaron nuestros mayores.
Algunos dirigentes de la cultura confunden el trabajo cultural con folklorismo, no han entendido que los cambios culturales van mucho más allá, van a las profundidades de nuestro subconsciente colectivo, al nacimiento de nuevos paradigmas, al florecimiento de la solidaridad, a sepultar del individualismo y el egoísmo, taras heredadas de la "cultura" capitalista. Los cambios culturales deben ser colectivos, se han dado en contados sectores, pero deben profundizarse mucho más.
El Comandante Chávez, todo el tiempo alertó y alerta sobre estos problemas, también el presidente Maduro, si los mandos medios de la revolución no tienen claro el camino, desconocen los fundamentos teóricos del pensamiento chavista, obviamente que andarán dando tumbos políticos, cometiendo errores, sin darse cuenta, recurrirán a la herencia de la cuarta república, es decir, a la democracia tradicional burguesa.
Si alcaldes, gobernadores, diputados y altos funcionarios no siguen el camino de Chávez, sus recomendaciones, sus enseñanzas, es decir, su legado; no siguen el camino de Bolívar, el camino de Simón Rodríguez y Zamora, seguiremos de fracaso en fracaso, un pueblo esperanzado en sus líderes y muchos de ellos traicionando, a veces de manera inconsciente a la revolución, por la ignorancia en el legado de nuestro líderes fundadores y mentores de nuestra independencia y de nuestra revolución.
Ya son más de 20 años de proceso Bolivariano, más allá de las agresiones, es tiempo suficiente para haber avanzado y profundizado, el discurso debe ir unido a la práctica del legado chavista que es lo mismo que el legado de nuestro Libertador Bolívar.
Somos muchos los que alertamos sobre estos problemas, mantener la revolución en permanente desarrollo es fundamental, la crítica y la autocrítica es premisa elemental de todo proceso revolucionario, Fidel Castro era el primer crítico de la Revolución Cubana, Chávez reivindicó la crítica hasta el cansancio, basta oír sus discursos.
¡¡¡ VENCEREMOS!!!
Cavilaciones en la cuarentena.